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Aproximación a la escritura contra el olvido de un "judío errante".
El escritor judío alemán, célebre por, entre otras, sus obras: <<El nazi y el peluquero>> (Maeva) y << Fuck America>> (Errata naturae), y me refiero a las dos únicas que han sido traducidas al castellano, acaba de meter a juicio a su ex-editor Dittrich por un libro que ha publicado (Zwei Seiten der Erinnerung, << Recuerdos con dos caras>>), en el que se muestran cartas y testimonios, y en el que se entrevista al hermano menor del escritor, Manfred que hubo de escapar como su hermano de la peste parda, dedicándose él a estudiar ingeniería, mientras su hermano vivía a su bola, sin cursar estudios académicos y formándose a sí mismo, viviendo de mil trabajos y escribiendo con la materia prima de las catástrofes que asolaron a Europa y que marcaron su vida, y su posterior escritura. El caso es que la denuncia ha prosperado y el editor ha debido retirar el libro de las librerías. El mosqueo del escritor no queda muy claro; viene a decir que el editor del libro aprovecha algunos retales fragmentarios para interpretar sus novelas como si de algo autobiográfico se trataran, cuando de hecho-según él- son mucho más que eso. La ficción es la ficción y la vida es la vida, dicho lo cual no obstante cualquiera que se haya acercado a las obras de Edgar Hilsenrath , y conozca aunque sea mínimamente los avatares de su movida existencia, se quedará sorprendido ya que su escritura parece transmitir de una manera cuasi-especular su propia vida o al menos vivencias que ha vivido con cercanía.
La vida
Ajetreada fue desde su juventud, la vida de el joven Edgar. Nacido, en 1926, en una familia de comerciantes judíos, cuando Hitler comenzó a organizar persecuciones al por mayor, su madre se escapó con sus dos hijos a casa de unos parientes de Rumanía. A pesar del empeño de su padre por reunir a la familia, sus esfuerzos resultaron infructuosos ya que estalló la guerra. En 1941, la madre y los dos muchachos, al igual que cantidad de compañeros, fueron enviados al gueto rumano de Mogilev-Podolsk, que hoy en día se encuentra en Ucrania. Tres años más tarde al ser liberado el lugar por el Ejército Rojo, consiguió un visado para ir a Palestina. Tanto en el viaje como en su posterior estancia por aquellas tierras fue detenido por distintos delitos de poca monta, lo que le hizo conocer distintas prisiones; para subsistir hubo de recurrir a ejercer todo tipo de trabajos, hasta que en 1947 decidió reunirse con su familia. Con ésta llegó , desde Francia, a Nueva York a principios de los cincuenta.
La vida de Edgar se movió entre constantes cambios de trabajo y su dedicación a la escritura, lo que hizo que publicase, no sin dificultades por la dureza de la novela , La noche. Poco duró la obra en las librerías ya que el editor decidió retirarla de la circulación debido a las protestas recibidas. Fue , no obstante , su siguiente novela, << El nazi y el peluquero>> la que le valió el éxito y la consagración como escritor; las ventas y las favorables críticas acompañaron al libro tanto en USA como en su propio país de origen, Alemania.
En 1975, abandonó su estancia americana- la despedida fue una novela de significativo título: << Fuck America>> (1980) para volver a Berlín, en donde reside desde entonces.
La escritura
Todo el quehacer literario de Hilsenrath está guiado por el propósito de que no se olvide el cúmulo de desastres vividos; no debe haber lugar para el olvido ni para cualquier tipo de negacionismo de tales salvajadas. Las nuevas generaciones han de conocer lo sucedido. Su testimonio, no obstante, no adopta la forma de la denuncia y el panfleto sino que recurre a situaciones grotescas y a veces descabelladas para situarnos en medio de las consecuencias de la Shoah. Esta catástrofe, organizada con la precisión de una <<locura geométrica>> que diría Primo Levi, está en el centro de su escritura. Huyendo de cualquier forma de maniqueísmo, y evitando igualmente las valoraciones que pintan las posturas enfrentadas de blanco y/o de negro, el escritor relata con un absoluto, y crudo, realismo su experiencia en el gueto ( La Nuit. Allia, 2012; recurro a la reciente edición francesa ya que la obra no ha sido traducida al castellano). La novela se publicó en 1964, y el temor de los editores se centraba en la preocupación de que la crudeza del relato de los hechos, <<como realmente era, sin maquillaje alguno>>, pudiese fomentar, en contra de la voluntad del propio escritor, el anti-semitismo; tal miedo, compartido por algunos medios judíos, hizo que la tirada del libro resultase insignificante y que pasase desapercibido para el público lector. La oscuridad de la escritura refleja lo negro de la experiencia vivida y relatada, del mismo modo que el título resulta igualmente fiel para el cuadro que se nos entrega. Hilsenrath pretende presentar el horror y lo hace con tintes hiper-naturalistas: somos llevados a las cercanías de la muerte a causa del frío, de la enfermedad, en especial del tifus, y del hambre. Esta última plaga va a conducir al joven protagonista a poner por encima de cualquier otra cosa la supervivencia. Cada día llegan al lugar, a Prokov, a bordo de una barcaza nuevos seres que van a ser amontonados entre las ruinas del gueto; con la cercanía maloliente de las fosas repletas de cadáveres. En tal escenario infame la lucha por unas abandonadas peladuras de patatas, todo sirve para llevarse a la boca y para lograrlo funciona un verdadero mercado de la miseria.
La novela resulta como un verdadero puñetazo en el morro que sacude la posible complacencia del lector; toda forma de buenismo queda también desterrado: la imagen idílica de una comunidad judía unida y fraternal que se enfrenta al enemigo se ve rechazada en el relato del día a día de aquel infierno. Aquello más se parece a la ley de la selva, que hace que se dé una lucha de todos contra todos. Los lazos sociales se han deshecho y ciertos actos que en condiciones normales serían radicalmente rechazados , allá son moneda corriente: el despojar a los muertos, aún calientes, de sus dientes de oro…allá no hay sitio para la piedad, ni para la compasión, ni la solidaridad. El protagonista, Ranek, atraviesa todas estas ignominias cual Ulises en un proceso de iniciación, que sirve para desmitificar las dulzuras de las típicas Bildungsroman, tarea que Hilsenrath continuará en su siguiente novela.
Si en el caso del que acabo de hablar, se ciñe a los hechos tal cual, narrando de manera lineal lo sufrido, las novelas posteriores situarán al lector en una situación más insegura; el desasosiego penetra debido al enfoque satírico y grotesco que convierte a sus personajes en tipos realmente variopintos y contagiados por enormes dosis de picardía, hasta la crueldad, que les hace tomar algunas decisiones realmente cínicas y distantes de una sensibilidad mínimamente compasiva. La pluma de Hilsenrath se hinca hasta la llaga, afilada con un humor que llega a los bordes de lo macabro; nada de simplonadas inverosímiles del tipo <<La vida es bella>> (tan bien despellejada por Anne-Lise Stern en su << Le Savoir-deporté. Camps, histoire, psychanalyse>>. Le Seuil, 2004).
Este modo descolocante de enfocar un asunto gravemente serio lo inició en su << El nazi y el peluquero>> que vio la luz en EEUU, en 1971, y que constituyó un enorme éxito; más tiempo tardó en publicarse en Alemania, y es que las heridas estaban todavía muy sensibles y no había editoriales dispuestas a abrir las puertas al tratamiento de dichos temas, y menos con humor, aunque éste fuese negro como el carbón de Silesia. La prueba de la resistencia de la que hablo: más de sesenta editoriales rechazaron el libro hasta que, en 1977, un pequeño editor de Colonia, Helmunt Braun, se atrevió a publicar la novela, cuya primera edición de diez mil ejemplares voló en un abrir y cerrar de ojos, haciendo que otras dos ediciones siguieran de inmediato, alcanzando las ventas los trescientos mil ejemplares. La prensa y los más destacados escritores germanos acogieron la obra con simpatía y elogios. La novela presenta a un miembro de las SS, de profesión peluquero, que mata a más de diez mil judíos, entre ellos a quien había sido su íntimo amigo. Tras el fin del campo, huye por los bosques polacos hasta acabar más tarde camuflándose en Berlín. De allá partirá hacia Palestina, con la identidad de su amigo asesinado, y luchará en pro de la instauración del Estado para los judíos. El cambio de imagen le hace circuncidarse y borrar el tatuaje de los SS, para hacerse uno con el número preceptivo como si hubiese sido una víctima del stalag. Pepitogrillo no descansa y la mala conciencia no le dejará tranquilo lo que hará que al final cuente las atrocidades cometidas
Desde entonces no cesaron de serle concedidos los más prestigiosos premios literarios de Alemania y de allende las fronteras germanas. Convertido en exitoso escritor éste decidió volver a su país y se despidió del de acogida con un dardo potente y explicito, Fuck America.
Fechada la acción en 1952, un recién llegado de este lado del charco se dedica a escribir una novela sobre los padecimientos que te tocó sufrir en el gueto, el libro va a ser titulado como El pajillero. Jacob Bronsky vagabundea con los perdedores de la sociedad, con aquello a los que no les han alcanzado las mil maravillas del gran sueño americano. Bronsky acepta trabajos que nadie quiere con el fin de poder subsistir y en los tiempos libres se dedica a escribir su novela en garitos infames. Su mente calenturienta, reflejado en el título de su novela autobiográfica, va a continuar en plena forma en su propia vida, al soñar de manera obsesiva con el trasero de la secretaria de quien va a ser su editor.
Hay en las novelas de Edgar Hilsenrath retazos de su vida y de sus vivencias, pero hábilmente disfrazadas con el recurso a una ficción francamente desbordante hasta lo rabelesiano; quizá la transparencia con respecto a sí mismo es llevada a las cotas más altas en otra novela no publicada de Pirineos abajo (<<Les Aventures de Ruben Jablonski>>).
Los libros muchas veces funcionan como las botellas lanzadas a la mar; hay algunas que desaparecen, otras son encontradas y el receptor lee el mensaje e interpreta…en el caso de Edgar Hilsenrath, con su actual mosqueo con el editor antes nombrado, en sus obras podría hacer constar como se acostumbra en cantidad de narraciones artísticas: cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, pero es que en los libros de este autor hay tantas coincidencias, de fechas, de cambios de trabajo, de situaciones de encierro,… tantos puntos comunes entre su vida y su escritura que…Una escritura potente contra el olvido, desde una óptica singular que le diferencia netamente con otros testigos como Primo Levi, David, Rousset, Jean Améry, Robert Antelme, Elie Wiesel, Charlote Delbo, Tadeusz Borowski, Jorge Semprún, Imre Kerstéz, etc., etc., etc.
Iñaki URDANIBIA
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